
A lo lejos dos aventureros pasean por la orilla, siento una ráfaga de aire contra el parabrisas y me vuelve a inundar esa sensación, vuelvo a desaparecer, otra nueva canción y el mismo sentimiento: la arena, el agua, el olor del mar, el viento, la farola y yo. Alguien grita a lo lejos, me vuelve a interrumpir, proviene de cualquier otro coche del aparcamiento o de la misma playa, sin embargo la oscuridad de la noche los esconde y el fuerte vendaval amortigua sus palabras, se confunden con el ruido del viento, y siguen ahí; si cierro un poco los ojos puedo descubrir la oscuridad de sus cuerpos a través de las ventanas, puedo reconocer sus sombras a lo lejos por el paseo.
Vuelvo a irme, corro, aquella playa me lleva a tantos mundos distintos: aquel de cuando era pequeña y paseaba disfrazada de payaso, aquellas hogueras de celebración y despedida, aquellas miradas, aquellas fotos en las que pretendíamos coger el gran sol con nuestras pequeñas manos, aquellos brazos tan pequeños que daban unos abrazos tan grandes... de nuevo estoy despierta, es invierno, llueve, ojalá tronara (eso me relajaría), otra canción suena y esta es la definitiva, es la música; Se une con el ruido de las gotas de lluvia que tropiezan contra el coche y con mis propios sollozos. Una, dos, tres, cuatro... sigue lloviendo.
1 comentario:
me encnta patri
es pasado, todo lo que eso nos conmueve ...
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